La Luna Creciente de “La Múcura”.

«Adoptar es la mejor opción para sanar el alma y curar los miedos”. 

Jimena Almario y Bonnie Devine son las creadoras de “La Múcura”, dúo multi-instrumentalista que viaja desde 2013 por todo Suramérica llevando las historias y las fusiones sonoras que a lo largo de su recorrido han adoptado e intercambiado con los grupos culturales donde han logrado tejer redes. 

 

Defenzoores estuvo con ellas porque además de la música, las actividades culturales y la proyección social, llevan a los lugares que visitan, una compañía canina que ha hecho de sus vidas una aventura… Una aventura sobre un viejo Land Rover Defender en el que viven y viajan por toda Suramérica; una llamativa manera de enviar un mensaje de convivencia y subsistencia no convencional (por fuera del sistema); de convertir los sueños en un estilo de vida, y por ello, convivir con Luna Creciente (el nombre de la perra)  ha sido una experiencia sanadora y alentadora para no desistir en medio de los avatares de este proyecto. 

 

Parte de la entrevista la realizamos en su hogar móvil en medio del ruido de la avenida la Playa de la ciudad de Medellín, acompañados por un sol de mediodía y una tasa con pasta, pues ambas son vegetarianas, mientras esperamos a los organizadores de un evento donde se van a presentar en la noche. 

 

Defenzoores: ¿Cuál es el objetivo de “la Múcura”?

 

Jimena: el objetivo era viajar, hacer música, investigación social desde el arte, con el fin de generar transformación social en los países suramericanos y tejer redes. Creemos que esta es la base de una nueva construcción social, a través de las redes, la colaboración y la articulación, vemos que sí es posible hacer otras cosas y desde que intentamos hacer “La Múcura”, hemos aprendido que sí se puede vivir de los que nos gusta, hemos logrado hacerlo, así que no volvimos al otro modelo de vida que propone la sociedad.

Defenzoores: ¿Cuándo inicia “La Múcura”?

 

Bonnie: ¿a soñarla? Desde la universidad, como en 2010; mientras avanzábamos en nuestras carreras comenzamos a soñar con hacer algo propio. Igual, tenía que ser sustentable porque no teníamos un montón de ahorros y no queríamos que fuera desarticulado de nuestros estudios. Pero la fecha de partida del viaje se dio cuando recibimos el carro en diciembre de 2012. De ahí nos pusimos la fecha de salir en octubre de 2013. A partir de enero del 2013 nos empezamos a reunir cada semana; a constituirnos formalmente como organización sin ánimo de lucro; generar y gestionar los proyectos de investigación y organización de la ruta. E Iniciamos con un evento mundial con el fin de levantar fondos para invertirle al carro.

 

La actualidad de “La Múcura” está más volcada hacia la música y hacia la profesionalización de la apuesta musical. Pero en el web site están los artículos de investigación y los video clips de la investigación con las 14 ciudades que hemos visitado hasta el momento. Igual, para nosotras todo tiene que ver con la transformación social, la transformación permanente… Ycon las redes, pero hacia afuera, todo parece que fuera solo música.

 

Defenzoores: ¿en qué momento llega Luna?

 

Bonnie: Luna Creciente, jajajaja, llega en una crisis, como la mayoría de las cosas fantásticas de la múcura, y fue en una ocasión, cuando se dañó el carro. Claro que se ha dañado a lo largo de todo el camino, se daña cada dos por tres y siempre hay que arreglarle algo. Pero en Mendoza, Argentina, el mecánico nos dijo que teníamos que abandonar el carro o ahorrar un montón de plata para invertirle. Ahí paramos durante cuatro meses para levantar los fondos para el carro a punta de música, música y música.

 

En ese tiempo alquilamos una cosita así de chiquita para vivir – señala con las manos lo que posiblemente para ella fue el espacio donde habitaron durante ese lapso-, mientras reparaban el carro– un cuarto estudio- apunta Jimena mientras saborea sus pastas vegetarianas y ríe al recordar todo. El lavamanos quedaba dentro de la ducha –se ríen las dos al describir dicha imagen- creo que el inodoro también, era un desierto y se inundaba, pero fantástico. Allá llegó Luna Creciente, se la pedimos a la vida.

 

Antes viajábamos cinco personas y éste fue el primer momento en el que además de la crisis del carro, se dio la crisis interna de la que sobrevivimos las dos, esto significaba reestructurarnos organizacionalmente, reestructurar la investigación, la música y la relación, reestructurar todo porque de repente el carrote este estaba vacío –señala el timón del Land Rover-. Éramos seis personas que llevábamos viajando un año en este carro con todos los instrumentos, equipos de sonido, ¿me entendés?, estaba lleno. Era el momento de conseguir otro integrante ante semejante crisis, y le pedimos al gran espíritu una acompañante canina, si le iba a hacer bien al animalito y si nos iba a hacer bien a nosotros, porque además nos daba miedo que le hiciera mal al animal viajar todo el tiempo, no le queríamos hacer daño.

 

Jimena: al inicio, habíamos adoptado otra con la intención de que viajara, pero no sabemos qué le pasó, que se montaba al carro y lloraba, gritaba, ella era waaa –intenta imitar al animal cuando gritaba- y uno la bajaba del carro y descansaba, como diciendo: “ay, gracias por bajarme”, entonces decíamos: “qué vamos a llevarnos a este perro, imposible”.

 

Bonnie: en cambio Luna se siente más tranquila cuando está dentro del carro, porque ella nunca tuvo territorio, este fue su territorio. Ella, cuando estamos abajo (del carro) por los conciertos, por el armar, por todo, ella está ahí, pendiente de todo y se mueve, mira y saluda, ella es tremenda y no descansa. Así es en cualquier parte a donde vamos a cantar. Hola… qué más.

 

Llegan las personas que estábamos esperando y procedemos a entrar el sonido y los implementos para armar el escenario de esa noche de concierto con “La Múcura”, esta vez vamos a abandonar nuestra primera locación, la Land Robert azul que tanta lidia y felicidad le ha dejado a estas dos investigadoras.

 

Defenzoores: ¿cómo fue la adopción de Luna?, ¿dónde la encontraron?

 

Jimena: tal como te lo dijo Bonnie, le habíamos pedido al gran espíritu que si era posible que llegara una perrita. Una amiga nos dijo: “tienen que ir a buscarla a algún lugar de adopción”, y yo ¿por qué? Una mañana yo estaba con un problema de miedos, no salía mucho, así que Bonnie salió a comprar el pan y en el camino se encontró a una señora que había acabado de recoger una caja de perros. Estaba Luna y dos hermanitos más, eran caramelitos. La señora le dijo a la Bonnie: “lléveselos” y ella: “no, no, juepucha, yo soy viajera, que me la voy a llevar, no, no”. Entonces volvió a la casa y me contó y le dije: “bueno, si le pedimos algo al gran espíritu, tenemos que hacernos cargo de lo que pedimos, uno no puede pedir y luego decir ay ya no”. Salimos y todavía estaba la señora con un carro de mercado y ahí estaba la caja de perros con un grupo de cinco niños pequeños. Nos dijo: “yo me los voy a llevar igual porque estaban botados en la Plaza de la Independencia, pero tengo doce perros y siete hijos” y remató aclarando: “se llama Luna, llévesela”.

 

Paran un momento para juguetear con Luna, quien llega boleando la cola, apoderándose de la atención de las dos integrantes de “La Múcura”.

 

Jimena: Luna era toda negra, y tenía los ojos como azules, los dos hermanitos súper dormidos y ella así, mirando como “llévenme, llévenme”. La llevamos a casa, pero ella no ladraba, no lloraba, no caminaba. La primera noche la dejamos en una camita, cuando despertamos al otro día, estaba en la misma posición que la habíamos dejado. Tenía unas garrapatas gigantes, no movía las patas, pensamos que iba a ser un perrito especial o con algún problema complejo especial, pero como a la semana empezó a gruñir y fue fiesta total.

 

De repente, estábamos ensayando y ella mirando la ventana y empieza a aullar, a cantar, jajaja. Antes, ella comía mucha fruta, le dábamos manzana, pero en Argentina, en Mendoza, una amiga dijo: esta perra es de Mendoza, tiene que probar la carne sí o sí. Le hizo un asado y le dio un pedazote de carne y de ahí ya no come como vegetariana.

 

Defenzoores: En muchos hoteles ponen problema por llevar perros, ¿han tenido inconvenientes en algún lugar, en algún hospedaje con Luna?

 

Jimena: Si, claro, de hecho, en el viaje solo hemos pagado hotel dos veces; la primera cuando salimos, gastamos todos los ahorros, y una vez en Brasil que nos enfermamos y pagamos una noche, de resto, todo ha sido pura confianza, hablando con la gente de lo que estamos haciendo, hacemos intercambios, investigación por hospedaje y eso lo complica aún más porque si vos estás pagando casi que te dan derecho de tenerla. Pensábamos que iba a ser mucho más difícil que nos recibieran con una perra, y a veces pasa, pero usualmente la gente la conoce y se enamora, casi que ella empieza a abrir puertas. Ella tiene algo muy bueno y es ser súper juiciosa, no molesta, es muy calmada, es muy sanadora con la gente que les tiene miedo a los perros. Pero en los buses, por ejemplo, en Colombia nos tocó viajar en bus, era súper difícil, en los restaurantes tampoco dejan entrar perros, esos han sido algunos de los problemas.

 

Defenzoores: En Defenzoores estamos promocionando la familia multiespecie, ustedes son un ejemplo de esta. ¿Cómo se presenta “La Múcura” ante el público, es Luna parte del grupo?

 

Bonnie: siempre la presentamos, en cualquier entrevista o concierto. Le traemos una cama gigante que tiene en satín, la ponemos en la mitad del escenario y ella se pone ahí y está con nosotras, a veces canta, cuando quiere, muchas veces ha cantado. – Ojalá cantara hoy – apunta Jimena. Y el mensaje que recibe el público en general es positivo, uno que otro establecimiento o una que otra persona si se raya, pero en general es bien recibida, igual hay muchas condiciones, si no nos pueden recibir con la perrita, pues no podemos estar.

 

Jimena: hay mucha gente que comparte con uno, por ejemplo, pasó con una amiga que nos estaba despidiendo en Paraguay, en el momento de despedirse de Luna empezó a llorar como loca y ella ahí despidiéndose, Luna la acompañó hasta la puerta de la casa y nosotras esperando en el carro, ellas así, como su despedida súper especial.

 

Mucha gente al verla, así como de la calle y eso, dicen: ay, yo quiero adoptar, que lindo esta experiencia con lunita. Y se motivan y dicen bueno: si ustedes viajan por todo Suramérica, pues como no voy a poder yo que estoy en un espacio fijo, para convivir con un perrito.

 

Bonnie: de hecho, Luna hizo que adoptaran un perrito. Había un perrito igualito a ella y la seguía, y la seguía. Nos estábamos quedando en la fundación donde estábamos haciendo la investigación y el perrito acampó todo el mes afuera de la casa.  Hasta nos perseguía en el carro, Luna llorando por la ventana y él persiguiendo el carro, llorando. Cuando nos pasamos de la fundación, al pueblo, a la casa de los dueños de la fundación que quedaba a unos tres kilómetros, le dejamos comidita al perro y salimos corriendo, eso como para que se quedara y no se perdiera si salía detrás de nosotras. Pensábamos que se había quedado, pero no, cuando llegamos ya para entrar a la casa, ahí estaba el perro. Los dueños de la casa lo adoptaron porque tenían un niño pequeñito que se enamoró del perrito. Los dueños nos odiaron al comienzo, pero ya con el tiempo lo aceptaron y allá está el perrito.

 

Defenzoores: ¿Cuáles son las ventajas de que Luna sea criollita, callejera, como dicen? 

 

Jimena: pues nunca he tenido un perro de raza, entonces no sabría la diferencia, pero creo que lo agradecida, es como si ella supiera que tenía un destino más difícil y que le dimos amor, entonces ella es súper leal, de hecho a ella nunca le ponemos correa si no cuando hay carros. Ella en todos los lugares que hemos estado, siempre está con nosotros andando suelta, y es ahí, siempre ahí. Come de todo, una vez en un evento de mujeres campesinas, hicieron gallina y a ella le dejaron los baldes de los huesos, y nosotras éramos como “no, qué se va a comer eso, se astilla”, pero no, la loca se comió como un baldado de huesos porque las mujeres campesinas decían que “no, que ella sí podía comérselos”, Entonces, se apoderaron de Luna y le dieron un baldado de huesos. Ahí fue cuando Luna amó a las peruanas.

 

Creo que, además, que sea criolla hace que otras personas quieran adoptar criollos también.

 

Bonnie: para mí, el valor está en ser un perrito que está por ahí y tú le das bienestar. Me parece raro comprar un animalito y eso. Para mí es un ser, es como con los seres humanos, somos seres sin importar nuestro linaje y en ese sentido ella nos ha enseñado mucho. Eso es lo importante de la adopción, el animalito como ser, es igual que un perito de tres millones, y ambos son seres maravillosos, igualmente.

 

 

El encargado del bar las llama para seguir organizando el evento de la noche y tenemos que terminar la entrevista. Queda Luna Creciente acompañándonos y posando como para calendario, tomando el sol y descansando para el show que le espera. 

Es increíble ver los ojos de esta perrita criolla, que se ha convertido en una de las integrantes de un grupo de cantantes, investigadoras y viajeras, e imaginar todo lo que ha visto y que esas cuatro patas han pisado más de catorce ciudades de Suramérica para llevar implícito el mensaje de “adoptar es la mejor opción para sanar el alma y curar los miedos”. 

Por: John Jairo Hernández Contreras.